14 nov 2009

COSAS DE BELMONTE


En su tertulia del desaparecido bar Los Corrales, donde tomaba café en compañía de sus amigos, al pagar entrego un billete de mil (de nuestras antiguas pesetas), lo que era una exorbitante cantidad en la época, el camarero mientras miraba el billete se excuso diciendo que le era imposible devolverle el cambio, Belmonte miro hacia la calle, sin pensarlo llamo a un joven que pasaba por allí y el matador le pido que se acercara al también desaparecido Banco Mercantil, por cambio. Sus contertulios le recriminaron el exceso de confianza, a lo que el maestro Belmonte replico, "Mira si se queda con el dinero es porque le hacia falta "; para sorpresa de todos el joven volvió con el cambio, y el diestro sonriente le recompenso diciendo " Toma veinte duros por haber ido y toma otros veinte por haber vuelto “.

En cierta ocasión, asistió como invitado en el palco a una corrida en la Maestranza. El presidente del festejo, gobernador civil también de la provincia, lo recibió con respeto reverencial, refiriéndose siempre a su invitado como “Don Juan” y dispensándole todas las atenciones posibles.
Al final, un amigo, sorprendido por el trato tan especial recibido por Belmonte, le preguntó a éste qué grado de amistad le unía con su anfitrión. “El Pasmo de Triana”, nombre de guerra del histórico artista taurino, le respondió: “Ese señor fue un antiguo picador mío”. Y entonces llegó la siguiente pregunta: “Maestro, ¿cómo es posible que este hombre haya podido llegar de picador a presidente de plaza y a gobernador?”
Juan Belmonte, muy natural, como era él, respondió de inmediato sin pensarlo mucho: “Pues, ya ves, degenerando”.